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LA SEMÁNA SANTA Significado de los días santos
La Semana Santa es el tiempo más importante de la Iglesia Católica en todo el año. Tiene dos partes esenciales: El final de la Cuaresma (Domingo de Ramos, Lunes, Martes y Miércoles Santo) y El Triduo Pascual (Jueves, Viernes y Sábado)
La Semana Santa se inicia luego del período conocido como la Cuaresma, en que por 40 días los cristianos se preparan para esta celebración mediante la introspección y la oración.
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza a finales de Febrero y es un tiempo dedicado por los cristianos para convertir su corazón, es decir, reconocer sus faltas de amor a Dios y al prójimo e intentar mejorar.
Durante esos cuarenta días de preparación para la Semana Santa, los sacerdotes usan ornamentos morados para decir la misa, simbolizando el llamado a la penitencia y la conversión.
En Semana Santa los cristianos conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Comienza el Domingo de Ramos, cuando Cristo es aclamado por los judíos, y termina el Domingo de Resurrección, cuando resucita de entre los muertos.
Miércoles de Ceniza
Este día marca el inicio de la Cuaresma. Ese miércoles se recomienda hacer penitencia, guardando el ayuno y absteniéndose de comer carne. Además se aconseja a los cristianos confesarse y participar en la liturgia de la imposición de la ceniza.
En la liturgia el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar los ramitos usados en el Domingo de Ramos previo.
Domingo de Ramos: Aclamación a Cristo
La liturgia de este día comienza con la bendición de los ramos, una procesión y con la narración de la Pasión según San Mateo. La procesión de Ramos viene del recuerdo de lo que pasó en la vida de Jesús días antes de su pasión y muerte.
Una semana antes de la resurrección, Jesús ingresó a Jerusalén con sus discípulos montado en un burro, mientras toda la gente del pueblo lo aclamaba con ramas gritando: "¡Bendito el que viene en nombre del Señor!".
Mientras, los sumos sacerdotes y jefes del pueblo se encontraban reunidos en secreto y le ofrecieron a Judas Iscariote 30 monedas de plata por la entrega de Jesucristo.
En Roma para el siglo IV se le llamaba a este día Domingo de la Pasión, pues en él se proclamaba la Pasión del Señor, haciendo ver que la cruz es el camino de la resurrección. Sólo hacia el siglo XI se comenzó -también en Roma- la costumbre de la procesión.
Tras el Concilio de Trento se quiso que en todas partes de la Iglesia Latina se celebrara de la misma manera este día; entonces se juntó lo que se hacía en Jerusalén (procesión de Ramos) con lo que se hacía en Roma (celebración de la pasión).
Desde las reformas que hizo el papa Paulo VI a las celebraciones de Semana Santa, después del Concilio Vaticano II, no hay verdadera celebración del Domingo de Ramos sin procesión y sin lectura de la Pasión en una misma Eucaristía.
Jueves Santo: Institución de la Eucaristía
Este día se rememora la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En ella, Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía y el sacramento del Orden Sacerdotal.
Este día por la mañana en todas las catedrales, los obispos celebran una misa con todos los sacerdotes y en ella renuevan sus promesas y su obediencia al Obispo. Además se consagran los óleos, es decir, los aceites que se emplean en diversos sacramentos: el bautismo, la confirmación, la ordenación sacerdotal y la unción de los enfermos.
Son muchos los gestos que se evocan en el Jueves Santo. Uno de ellos es el signo de humildad y sencillez que realizó Jesús al lavarle los pies a todos sus discípulos, por lo que el sacerdote en la liturgia lava los pies a doce feligreses.
Luego de celebrar la Eucaristía se expone el Santísimo (Ostia Consagrada) y se realizan vigilias de oración en signo de la oración de Jesús en el Monte de los Olivos, la noche antes de ser entregado a los sacerdotes.
Finalmente, el Jueves Santo por la noche se realiza una vigilia de oración en torno a la reserva de la Eucaristía. Aquí, ante el Señor presente en el Pan consagrado, el silencio y la meditación adquieren gran importancia tanto en lo personal como en lo comunitario.
Viernes Santo: Crucifixión de Cristo
El Viernes Santo celebramos la Pasión y muerte de Jesús por medio de la Palabra, por la Adoración de la Cruz y la Comunión Eucarística.
Es el único día en que no se celebra la Santa Misa y en memoria del sacrificio de Jesús se realiza ayuno y oración. Esto significa no comer carne y a las tres de la tarde -hora en que falleció Cristo- se llama a un silencio interior, que sea un día de más calma y reflexión.
Las Iglesias celebran la liturgia de Adoración a la Cruz y, más tarde, el Vía Crucis donde, en procesión, se recuerdan 14 estaciones del camino en que Jesús cargó la cruz hasta el Monte Gólgota donde fue crucificado. También se insta a los cristianos a participar en retiros de reflexión y oración.
Se usa el color rojo del mártir, no el morado ya que la Cuaresma terminó el día anterior. No hay flores, música ni grandes luces.
Sábado Santo: Vigilia Pascual
Es un día de luto, silencio y espera de la Resurrección. La Iglesia en particular recuerda el dolor, la valentía y la esperanza de la Virgen María. Generalmente en las mañanas se realizan retiros de reflexión y la tarde es de oración y espera al Jesús Resucitado.
En la noche de este día se celebra la Vigilia Pascual. Se trata de una Vigilia en honor del Señor, según una antiquísima tradición, de manera que los fieles tengan encendidas las velas.
Ésta se divide en cuatro partes:
Breve Lucernario: Se bendice el fuego. Se prepara el cirio en el cual el sacerdote con un punzón traza una cruz. Luego marca en la parte superior la letra Alfa y en la inferior omega, entre los brazos de la cruz marca las cifras del año en curso. A continuación se anuncia el Pregón Pascual.
Liturgia de la Palabra: En ella la Iglesia, confiada en la Palabra y la promesa del Señor, recuerda las maravillas que desde los comienzos realizó Dios con su pueblo.
Liturgia Bautismal: Se hace la renovación de los compromisos bautismales y en muchas ocasiones se realiza el bautismo de un feligrés.
Liturgia de la Eucaristía: Se celebra la Santa Misa, aunque se realice antes de la media noche, es la Misa Pascual del Domingo de Resurrección. El sacerdote y los ministros se revisten de blanco y con alegría se anuncia la Resurrección del Hijo de Dios.
Domingo de Resurrección
"Al tercer día resucitó", en esta piedra angular se basa la fe cristiana. La Iglesia entera proclama que Jesucristo ha resucitado. Esa noche culmina la espera de Cuaresma. Se celebra el paso de la muerte a la vida.
Los cristianos con gran júbilo celebran este día la Misa Pascual del Domingo de Resurrección. Se encende el Cirio Pascual y se recorre la historia de la Salvación a través de nueve lecturas bíblicas.
A partir del Domingo de Resurrección, la Iglesia invita a celebrar los cincuenta días de Pascua hasta Pentecostés como si se tratase de un solo día de fiesta.
Fuente: Angel Mendoza Osuna
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